domingo, 4 de diciembre de 2011

Estamos mal

Si me caracterizo por algo es por no ser constante en la mayoría de las cosas. Es como cuando empecé a tocar el piano o a jugar al tenis, y al tiempo me cansé. Como cuando mi sueño de jugar al baloncesto se vio truncado por yo que sé qué historia que se me pasó por la cabeza en aquel momento de mi vida. Como el escribir historias y dejar de hacerlo tan solo porque la inspiración desapareció (hace ya muchos años). Como los mil idiomas, como atletismo, como...
En estos momentos siento las ganas de abandonar de nuevo. Querría chillar y golpear algo, tan solo, por pensar en que quiero abandonar esto mucho antes de empezar. Estoy tan confusa y tan desorientada que no sé dónde meterme, que no sé qué hacer. Abandonar es la opción más fácil y, a la vez, la más difícil. Sentarme a esperar y ver la vida pasar me parece la opción menos apetecible, y seguramente, será por la que opte... sin querer. Coger al toro por los cuernos me lo planteo, pero nunca conseguiré tal hazaña.
Creo que si abandono una vez más, no me lo perdonaré jamás. Si espero sentada a que pase lo que tenga que pasar, no me lo perdonaré jamás. Si me lanzo al abismo por algo que realmente quiero, no tendría un cien por cien de éxito asegurado, pero al menos lo habría intentado y estaría satisfecha conmigo misma. Claro que otro rasgo que me caracteriza es mi miedo a que me salgan mal las cosas.


AnNikopolidis

1 comentario:

  1. No hacemos muchas cosas por miedo a que no salgan bien, pero la sensación de no haberlo intentado es mucho peor que la que provoca ese mismo miedo.

    Buen texto y buen blog.

    Un saludo!!

    ResponderEliminar