Qué tristeza me da pensar en que ayer iba andando por las calles de mi Zaragoza en manga corta, sudando y esquivando a la gente, y hoy al entrar con el autobús en Cardiff no había ni un alma por la calle. Una calle congelada.
domingo, 14 de abril de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario